"- Siempre me han atraído las mujeres como tú. - Dijo él mientras sostenía mi barbilla firmemente con sus dedos, obligándome a enfrentarlo cara a cara.
- ¿Cómo yo? - pregunté dejando escapar un brillo de emoción con mis ojos.
- Sí - Contestó mientras sostenía mis caderas confuerza sometiendome contra él. - Las mujeres rotas como tú, tan románticas, tan hermosas, tan ilusas, tan frágiles.
Una cólera me invadió desde el fondo de mi ser, quería golpearlo y decirle que era un idiota ¿Pero que mas da? Una parte de mí sabía que el tenía razón a pesar de que sólo conozco a este hombre desde hace dos días.
En acto seguido y sin pensarlo mucho baje la cremallera de mi vestido y lo deje caer al suelo, reté al hombre con la mirada y en acto seguido le contesté:
- Entonces que esperas y trata de romperme en mil pedazos más.
El hombre me tomo con fuerza y en un abrir y cerrar de ojos me encontré recostada en la cama, me encontré con sus ojos mirándome fijamente. Deseaba que me devorara en ese momento, quería olvidarme de cualquier rastro de dolor pasado. Comencé a inquietarme al ver que él solo estaba ahí, sonriendo y mirandome.
- No juegues conmigo ángel - Susurró en mi oído. - Yo te deseo más que para una vida.
Entonces él se alejó de mi y me lanzó el vestido dejándome sola en la alcoba. Bien si fue esa su respuesta al reto que le hice o no, yo solo sabía una cosa.
Me hizo sentir que lo necesitaba.
Estaba más perdida que antes de conocerlo."
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